19 de septiembre de 2024

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Entrevista a la galardonada por sus 40 años de servicio a la institución.

Su característica sonrisa y su trato atento, hacen que Mercedes en la UCM sea casi parte del inventario. Sus 40 años con nosotros y sobre todo su dedicación al trabajo, la hacen ser una persona querida por toda la comunidad.

Quizás ese respeto que todos le expresamos, fue el que hizo que al momento de ser galardonada por sus cuatro décadas desempeñándose en la institución, provocó un aplauso espontaneo, estruendoso y cariñoso, como pocas veces se escuchó antes.

Ya han pasado algunas semanas de ello, sin embargo, Mercedes, aún recuerda aquel momento.

«Fue un día de mucha emoción y fue muy grato sentirme reconocida y querida, incluso mucho después de la ceremonia hubo gente que la vio después por el streaming y me enviaron muchos mensajes de saludos, de cariño, de felicitaciones, lo que es muy importante, porque tiene un valor que no es cuantificable materialmente, sino que es afectivo. Me sentí feliz con el cariño que me demostraron».

¿Qué significa para ti la UCM?
Es parte muy importante de mi vida, porque he construido mi familia alrededor de la UCM. Pasamos muchas horas en el lugar de trabajo, entonces es muy importante. Crie a mis hijos, uno de ellos estudió acá y he trabajado tranquila en un grato ambiente laboral, por lo que estoy contenta de que Dios me haya dado la oportunidad de llegar acá y permanecer, ya que no es fácil quedarse 40 años en un lugar.

Pasar tanto tiempo en la UCM implica que ha hecho bien su trabajo…
He tenido la oportunidad de desempeñarme en distintos departamentos, por lo que siento que he aportado desde diferentes lugares. Llegué a trabajar a lo que es hoy el DRA, (Departamento de Registro Académico), después estuve en Adquisiciones, en la jefatura del departamento de personal y ahora en la Dirección de Administración e Infraestructura (DAI).

 

Te ha tocado todos los procesos que ha vivido la UCM, desde ser sede regional de la PUC, luego la autonomía y su posterior crecimiento ¿Cómo ha vivido esos momentos?
Ha sido un proceso con hartos cambios, partimos muy pequeños, con alrededor de 785 estudiantes cuando éramos la sede de la Pontificia, una vez que comenzó la vida independiente de la UCM comenzó a crecer, a abrir más carreras, desarrollarse, a progresar en infraestructura y entre medio nos tocó un terremoto que provocó daños y hubo que levantarse y armar de nuevo algunas dependencias.

Se ha realizado con harto esfuerzo, porque somos una Universidad que tiene que ser muy eficiente en el uso de los recursos para desarrollarse y entregar un mejor bienestar a sus estudiantes que es el foco y el propósito… Es una tarea de día a día y a cada rato.

Le ha tocado en la UCM relacionarte con autoridades, académicos y sobre todo con estudiantes…
Eso es muy grato, los chiquillos entregan una energía buena que te hace mantener el entusiasmo. Es grato cuando de pronto pasan los exalumnos y es rico cuando te buscan para saludarte o nos escriben preguntando por los que quedamos desde que éramos sede de la Pontificia y cómo está la U.

Y ahora… ¿Va para los 50 años?
(Entre risas responde) No, uno tiene que irse digna, sana, saludable, así que no creo que sea mucho más. No voy a tener otro reconocimiento, pero estoy feliz de ser parte de esta institución y compartir con su gente y me agrada saber que puedo ir a cualquier lugar y me van a recibir, ya sea a una reunión de trabajo o a veces un simple conversar, sobre todo porque ahora que hemos crecido tanto, nos vemos menos, pero en verdad me siento feliz de estar acá.

Cabe consignar que Mercedes Sepúlveda no fue la única destacada en la ceremonia de aniversario, también Andrea Rodríguez Puga, quien trabaja en la Dirección General Estudiantil en la sede de Curicó cumplió este 2023, 40 años en la UCM, sin embargo, por razones personales no pudo participar de la actividad.