El Dr. Víctor San Martín, director de la Dirección de Planificación y Desarrollo Universitario de nuestro plantel comentó que, gracias a un arduo trabajo del equipo de la Dirección de Planificación y Desarrollo Universitario, con la asesoría de la Consultora Proqualitas, toda la comunidad universitaria ha podido participar en la co-contrucción del Plan de Desarrollo Estratégico (PDE), que ya se encuentra en su etapa final de aprobación.
El líder de la Dirección de Planificación y Desarrollo Universitario (DPDU) relata en la siguiente entrevista cuáles son los pilares del próximo PDE 2024-2028, y profundiza también en la Política de Gobernanza de Datos, una nueva forma de trabajo con la información institucional que necesitará de la colaboración y esfuerzo de toda la comunidad para su buena ejecución.
¿Qué balance hace del 2023?
Nosotros hemos trabajado mucho en tres líneas centrales: el Plan de Desarrollo Estratégico 2024-2028, que es un esfuerzo que nos ha mantenido ocupados desde marzo hasta ahora. Una segunda línea es la Política de Gobernanza de Datos, que significa organizar el flujo general de la información para el análisis institucional, detectar los principales fallos que tenemos de información y hacerla oportuna, fiable verificable y sobre todo disponible a nivel institucional, de modo tal que las decisiones en la universidad estén basadas en evidencia y en el conocimiento de las diversas áreas de trabajo institucional.
Adicionalmente a la Política de Gobernanza de Datos, se diseñó el procedimiento de flujos de información, que acabamos de aprobar, y que regula la información que emiten las unidades que generan datos o que los solicitan, con el objetivo que puedan conocer un calendario específico de generación y envío de información, sobre todo cuando nos corresponde transmitirla a entes internos y externos, y también para fines de acreditación institucional y de carreras o programas. Así podemos consolidar un repositorio general y un flujo de información oportuno para la gestión adecuada de la universidad.
Como un sello identitario, el PDE 2024-2028 ha sido una tarea ardua porque realmente ha sido participativo. No hemos mezquinado esfuerzos para hacer que esta planificación llegue a todos los estamentos para que todos participen.
Solamente en encuestas hubo casi 1.000 respondidas. Adicionalmente hubo varios workshop y focus group, tres encuentros masivos, más uno en Curicó, reuniones con el Comité Directivo y con el Honorable Consejo Superior, el que también ha estado muy presente para colaborar en la tarea.
Lo cierto es que tenemos mucha información, la que hemos logrado ir sintetizando y fijando nuestros focos en los ejes fundamentales. Eso lo hacemos paralelamente a nuestras tareas habituales, que son las de análisis, reportes y muy atentos a la marcha y evaluación del PDE del período anterior.
En estos precisos momentos estamos reflexionando y dando pasos para que los convenios de desempeño de los próximos años sean más colaborativos, lo que exigirá creatividad y mucha sensibilidad con temas contingentes que nos tocan de cerca, como la crisis climática o las migraciones, por ejemplo. En suma, el año 2023 ha sido un tiempo de mucho trabajo, pero también estamos muy felices de poder haber logrado algunos frutos y un alto nivel de exigencia.
Profundizando sobre el PDE ¿Cuáles son sus principales lineamientos?
El Plan de Desarrollo Estratégico se divide en tres grandes ejes, que son los temas más transversales que se ven importantes para abordar en los próximos años. Hay uno que es especialmente relevante, que denominamos “identidad y posicionamiento”, porque nos hemos dado cuenta que tenemos que aggionar (actualizar) nuestra misión y propósito, que el esfuerzo no sea solamente académico universitario, sino también en un esfuerzo de evangelización en un tiempo que no es fácil, sino complejo. Poder buscar el sentido a la vida y trabajar en función de valores de uso y no solamente de cambio. Vemos la necesidad de trabajar en nuestra misión e identidad.
Nosotros sabemos que tenemos una misión y una identidad bastante bien definida que está cruzada con temas actuales como las migraciones, la crisis climática, la pobreza y el desarrollo. Hacemos muchas actividades referidas a ello, pero se conoce poco lo que hacemos. No estamos posicionados del modo que merecemos, tal vez porque no hemos mostrado nuestro propio relato a la sociedad actual, tanto a la región del Maule como hacia Chile y el mundo.
También tenemos un segundo eje que es fortalecer nuestra excelencia académica en todas sus variantes, lo que significa excelencia en investigación, en transferencia tecnológica, en innovación y vinculación y, sobre todo, en nuestra docencia de pregrado y postgrado. No lo decimos todo lo que deberíamos, pero nuestro propósito y vocación son los y las estudiantes. Ellos son nuestro principal propósito y riqueza, y a ellos queremos darles la mejor atención. Este eje de crecimiento e innovación con excelencia va dirigido precisamente a fortalecer esas áreas propias de la academia, y que, junto a la gestión, constituyen nuestras áreas misionales. En tal sentido, también la vinculación con el medio es elemento central de este crecimiento.
Por último, está el eje de gestión sostenible, que tiene que ver con el cuidado de una situación financiera sana y la posibilidad de seguir creciendo en calidad, tratando de consolidar lo que tenemos e ir diversificando nuestras fuentes de financiamiento. La gestión sostenible o sustentable es, además, el cuidado del medio ambiente, de la naturaleza, de la casa común, como dice el Papa es la Encíclica Laudato si. Esto es un eje central de nuestra planificación estratégica, en el sentido de que todas nuestras acciones tengan un sentido y un contenido valórico claro, y que nuestras acciones sean parte del sentido de nuestra identidad.
¿De qué se trata el cambio cultural que demanda la nueva Política de Gobernanza de Datos?
Tanto la gobernanza de datos como los procedimientos que la acompañan involucran un cambio de enfoque en el uso, generación y conservación de la información como un activo estratégico institucional. Debíamos diseñar una política que regule la generación, circulación, seguridad y disponibilidad de la información que nos permita hacer nuevos análisis y reportes para servir mejor a la finalidad de la DPDU.
Nuestra preocupación es que la información que se reporta sea pertinente, eficiente, útil y, en un futuro ojalá no muy lejano, se transforme en estudios que permitan que las autoridades de la universidad puedan tomar decisiones rápidas y basadas en evidencia. Ese es el fin de del gobierno de datos.
En el detalle, sabemos que todas las unidades poseen información. Esa información debemos canalizarla, sintetizarla, utilizarla para nuestros estudios. La información estratégica tenemos que construirla orgánicamente. Es decir, queremos dejar de ser un archipiélago de unidades a ser una comunidad universitaria que maneja una cantidad de datos que son institucionales. Que los datos específicos sean consistentes entre todas las unidades académico-administrativas. Esto es un desafío grande, que exige mucha generosidad, prolijidad y esfuerzo.
Por otra parte, había una urgencia de crear un procedimiento de flujos de información que nos permita organizar dos aspectos fundamentales: primero, quiénes son los responsables de generar los datos y, luego, quiénes los piden. Por último, establecer los períodos en los cuales esa información tiene que estar disponible para reportes y análisis, con el fin de lograr un flujo efectivo y eficiente de información. En eso consiste el procedimiento de flujos de información que pondremos en marcha a partir del año 2024.