Relató como han sido sus primeros en este nuevo cargo.
Muy pronto el doctor Marcelo Castillo Retamal cumplirá su primer semestre a cargo de la Dirección de Postgrado de la UCM, donde trabaja desde 1989.
Con toda una vida de entrega y aportes al plantel, tanto como director y docente del Departamento de Ciencias de la Actividad Física como vicerrector académico, el doctor en Actividad Física y Salud de la Universidad Tecnológica de Auckland en Nueva Zelanda precisa sus metas a largo plazo en una entrevista.
¿Cómo ha sido hasta aquí la experiencia como director de Postgrado?
Yo soy un agradecido de la posibilidad de contribuir a la Universidad desde distintas dimensiones o posiciones y por eso acojo con mucho entusiasmo el desafío de mostrar nuestro crecimiento y madurez como institución desde esta Dirección.
En la Facultad de Ciencias de la Educación, de donde provengo, hubo muchos aprendizajes que recogimos con buena voluntad y cariño y que ahora tengo la oportunidad de transmitirlos o transformarlos en acciones concretas.
La experiencia ha sido muy buena, en la medida en que hemos podido ir mostrando que gozamos de una madurez en los procesos formativos que son la esencia central de nuestra misión. El desafío mayor es alinear el modelo formativo entre pre y postgrado, de tal manera que nuestros estudiantes tengan claridad de que cuando vienen a la Universidad Católica del Maule gozarán de una línea de progreso donde encontrarán ciertas certezas y podrán avanzar de manera lógica y coherente.
Más que recibir un título profesional, la UCM les ofrece una experiencia de aprendizaje que va desde el pregrado y que puede terminar en lo más alto del postgrado.
Usted participó en la creación del Doctorado en Ciencias de la Actividad Física. De algún modo ya estaba ligado a los esfuerzos por la excelencia…
Sí, y antes de eso me tocó participar en la creación de magísteres, respondiendo a inquietudes particulares de las unidades y ciertas necesidades del entorno.
Hoy día todo ese aprendizaje nos permite focalizar la atención en cuestiones que la sociedad nos pide abordar con programas de formación con altos niveles de calidad. Tenemos cerca de un 70% de nuestros doctorados acreditados y la tarea es alcanzar el 100%.
¿Está la internacionalización de los programas dentro de las metas?
Sí, tenemos que ver cómo nos posicionamos a nivel global, porque si bien es cierto que somos una Universidad regional, gozamos de un potencial: las soluciones que generamos a nuestras necesidades locales, pueden ser compartidas con otras localidades alrededor del mundo con realidades similares.
Debemos pensar cómo desde una perspectiva local podemos atender también la lógica global y para eso tenemos que generar condiciones de mejora, ser más abiertos y lograr un proceso de internacionalización que no es solo que vaya o venga gente de otros países, sino cómo nosotros nos abrimos a esos espacios.